La Gran Muralla China está considerada como el proyecto de construcción más prolongado de todos los tiempos: duró más de dos mil años y requirió de millones de trabajadores para completarse. Por aquellos tiempos, los obreros empleaban únicamente maquinaria sencilla para construir: una gran diferencia respecto a los equipos que se utilizan en la construcción hoy en día. Actualmente, los avances en maquinaria, robótica y automatización son de uso más habitual en los proyectos de construcción y contribuyen a mejorar la seguridad, eficiencia y, en última instancia, la productividad.
Mayor precisión, productividad y rentabilidad son solo algunos de los beneficios que la automatización aporta al sector. Aunque la tecnología lleva usándose varios años en la industria de la fabricación, otros sectores, sobre todo el de la construcción, se dieron cuenta ahora de los problemas industriales que esta novedosa tecnología ayuda a resolver, lo que dio lugar a una mayor inversión en automatización y robótica.
Son varias las empresas de construcción que ya utilizaron la automatización para conseguir que el proceso de edificación resulte más eficiente. Aunque la construcción de viviendas es una actividad extremadamente compleja que requiere de mucho tiempo, el “modelo de robot suizo albañil” puede construir una casa en tan solo dos días. Y este no es el único ejemplo de los avances en la edificación rápida: la pionera impresora en 3D china WinSun afirma ser capaz de imprimir diez viviendas en tan solo un día gracias a su innovadora tecnología. No obstante, tales progresos todavía tienen que hacerse hueco.
El sector de la construcción ya comenzó a adoptar la automatización y la robótica, y cuenta con varios proyectos en marcha que promueven el uso de la tecnología… Parte del reto de adoptar la robótica se debe al carácter no estructurado y a menudo impredecible de las obras de construcción, pero, a pesar de los obstáculos, en los últimos años se introdujo cierta automatización y semiautomatización como el acondicionamiento de soluciones autónomas en carretillas y excavadoras tradicionales. Esto puede aumentar tanto la productividad como la seguridad del entorno de trabajo.