
Las obras ordenadas, bien señalizadas, con sectores de acopio de materiales y separación de residuos definidos, en las cuales se evidencian los esfuerzos por minimizar las molestias a los vecinos, no pasan desapercibidas para los inspectores: cambia la predisposición y el trato es amigable.
Habitualmente, los temas ambientales en la obra se asumen como responsabilidad únicamente del personal de Higiene y Seguridad; sin embargo, los actores en la construcción son muchos y variados, y las decisiones o acciones que toman influyen en el resultado final de la obra en el ambiente. Las buenas prácticas ambientales buscan incorporar pautas y criterios para que cada actor en la obra tenga su rol…
Las iniciativas van desde la simple separación de residuos reciclables hasta la protección de los sectores en donde se manipularán las mezclas.
Estas acciones van más allá de una conciencia ambientalista, estas prácticas tienen impacto positivo en la productividad y la salud de los obreros y también en la reducción de los conflictos con los vecinos.
Para inculcar estas buenas prácticas, se propone una actividad diaria que no debe superar los cinco minutos: antes de que los operarios se dirijan a sus lugares de trabajo, el capataz o jefe debe tener un breve diálogo, donde recuerde las tareas a realizar durante el día y aporte las recomendaciones ambientales y de seguridad pertinentes. Se puede aprovechar ese espacio para hablar de lecciones aprendidas y para evacuar consultas. Esta actividad debe hacerse todos los días, para generar hábitos y tomar conciencia.