
El vidrio es un elemento que acompaña a la humanidad desde hace miles de años. En el mundo moderno los proyectos de arquitectura y el diseño de interiores optaron, en este siglo, por dicho material como un elemento protagonista de todos los escenarios.
¿El motivo? El cristal es un producto cuya sola transparencia inspira tranquilidad y armonía. Por lo tanto, la implementación de este elemento está destinado a ofrecer un panorama donde la iluminación triunfa, donde el mundo puede contemplarse sin barreras y donde el pensamiento se flexibiliza gracias a la nitidez del ver más allá de una sólida pared.
El uso del cristal rompe toda una tradición donde las paredes de concreto marcan diferencias y apagan la cosmovisión total del espacio… Así, contar con puertas de cristal, cortinas de cristal o cerramientos de lugares específicos, es obtener nuevas percepciones de lo que es el habitar los espacios y sentir la comodidad que implica la sana ilusión de los espacios abiertos.
Los cerramientos de cristal sin perfiles, también conocidos como cortinas de cristal o paredes de cristal, vinieron a revolucionar los espacios de un proyecto de construcción.
Las cortinas de cristal son una solución muy audaz y original que permite abrir por completo toda la sección de una ventana, ya que tradicionalmente éstas están diseñadas para tener como soporte un lado que se mantiene firme, o bien, que ambos segmentos se puedan desplazar, pero a la larga solo dejando el mismo segmento rectangular a través del cual se filtra el aire. El uso de cortinas de cristal permite que los dos o más segmentos de una ventana puedan retraerse, dejando abierto por completo el espacio del marco de la ventana y favoreciendo una mejor ventilación de aire.
El concepto del cristal para el diseño y la arquitectura es muy importante hoy por hoy.
Belleza, mayor confort, tranquilidad y paz se unen en un solo ambiente.